Queridas compañeras, queridos compañeros:
El cierre de un año es buena ocasión para hacer balance del tiempo pasado: me vas a permitir que te invite a una reflexión sobre lo acaecido en 2024, principalmente, a partir de la Asamblea Federal de mayo en que una nueva dirección salió de la misma.
Diana es el nombre de la última mujer asesinada por violencia de género en nuestro país; con ella han sido 47 las mujeres asesinadas en 2024 (1291 desde 2003), 35 menores en orfandad y 9 menores asesinadas por padres o parejas de sus madres. Nuestro país superó en 2023 las 20.000 víctimas de delitos sexuales. Aunque la vergüenza empieza a cambiar de bando, como nos muestra el testimonio en Francia de Gisèle Pelicot, hay una violencia machista contra la cual debemos tener prioridad en la agenda política y social para 2025.
Se cumplen dos meses de la DANA que asoló pueblos de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha o Andalucía. Hay políticas que salvan vidas y otras que las matan. La negligencia del gobierno valenciano y su desprecio por el cuidado y la atención que merecía una catástrofe vinculada a la crisis ecosocial que vivimos merecen ser reprobadas por la sociedad como lo está siendo por la valenciana en tres multitudinarias manifestaciones. Enviamos nuestro aliento a las asambleas locales de IU de los pueblos afectados, y agradecemos el trabajo realizado de solidaridad, atención y limpieza. Los envíos de suministros desde asambleas de otras federaciones, compra de materiales o brigadas de militantes para tareas diversas han sido un emocionante ejemplo de camaradería y fraternidad que son nuestro mejor patrimonio, el de militantes y simpatizantes que muestran la mayor de las noblezas en su actividad política.
Esta año próximo, como el anterior, la paz deberá ser nuestra prioridad ante el genocidio de la población en Gaza por Israel (186.000 asesinatos), la guerra en Ucrania y los conflictos que no deben olvidarse y tenemos en nuestras prioridades de acción política: la causa saharaui y su derecho a vivir en paz y libres en su tierra. Articular plataformas en defensa de la paz y de respeto al derecho internacional mancillado será parte de nuestro cometido.
No sé a ti, pero en muchas ocasiones sentimos que la lucha por causas justas tiene un recorrido demasiado largo, y el desaliento se acerca a nuestro trabajo resistente. Pero nuestra propia historia también muestra que la perseverancia tiene sus resultados, bien es cierto que a ritmos más lentos de los deseados. Siempre tengo en mi mente al respecto al movimiento obrero y sus luchas, o al movimiento memorialista en el que IU ha jugado un papel fundamental, que empezó siendo apenas una anécdota en la agenda política y ha conseguido, bien que con esfuerzo colectivo ejemplar, ser centro del debate de un país que también se define por su capacidad para reconocerse en lo mejor de su historia: la DGS como lugar de memoria o el reconocimiento de García Caparrós como víctima del franquismo lo demuestran.
Constato momentos de desánimo del que no somos ajenas, pero sabemos que esta situación no es para siempre y por eso creemos que Izquierda Unida está representando con su mensaje a muchos sectores de la clase trabajadora: nuestra apuesta unitaria lo es sobre todo porque nos sentimos herramienta al servicio de la mejora de las condiciones de vida de aquella. No perder ese objetivo es clave para construir lo que venga y en saber conectar con la sociedad e interpretar bien sus aspiraciones está la clave de nuestro hacer político como militantes o simpatizantes de esta organización.
Vivimos una convulsión mundial encarrilada en el autoritarismo como formas y actitudes sociales y de gobierno. Nuestro país está rodeado de otros con gobiernos encabezados y participados por la extrema derecha, de la que España es una excepción con el único gobierno de la UE en que participa un espacio de izquierda alternativa de la que formamos parte.
No planteo este enunciado con el fin de sentirnos reconfortados y satisfechos: lejos de esa intención, sentimos la convicción de que el gobierno es una herramienta de transformación para combatir la ola autoritaria y reaccionaria como solo se puede hacer: con políticas audaces que resuelvan las grandes carencias materiales de las clases populares, vivienda y trabajo digno, y con leyes que nos hagan vivir con derechos (la reforma de la Ley mordaza es otra aspiración de la legislatura). Confiamos en que se avance en la reducción de la jornada laboral como la expresión en términos históricos de esa aspiración, y tenemos en la política de vivienda el gran reto de subvertir el paradigma sobre el que se han realizado políticas que han convertido un derecho humano en un bien inasequible para amplias capas de la población. En esa tarea concentraremos gran parte de los esfuerzos de trabajo e intervención social, como en la de la defensa de los servicios públicos, del mundo rural, la agricultura o la infancia migrante, frente al racismo institucional que debemos combatir (20.000 personas muertas o desaparecidas intentando llegar a Canarias, incendio de asentamientos de migrantes en Huelva o la muerte en extrañas circunstancias de un mantero de origen senegalés en Sevilla).
Precisamente porque no se combate al autoritarismo con espantajos abstractos sino poniendo contra el espejo de sus violencias un proyecto de esperanza, es por lo que vamos a iniciar 2025 con el desarrollo de Convocatoria por la Democracia (CxD), un espacio para hacer política que llame al compromiso en gente que quiere profundizar en el poder del pueblo como alternativa al deterioro de sus instituciones.
CxD es una oportunidad para emplazar pero también para presentar este proyecto a sindicatos, organizaciones sociales, colectivos de nuestro entorno, y construir desde el análisis común propuestas políticas en un trabajo unitario, útil y de intervención en el territorio. Se trata de escuchar también, de recuperar la presencialidad y las complicidades necesarias que se consiguen en el trabajo común. Izquierda Unida no se resigna a que la extrema derecha tenga que llegar al gobierno y a que los derechos que damos por conquistados se pongan en riesgo. Y eso se hace organizándonos, creando conciencia, proyectando ideas y armando discursos que combatan los del odio y la desinformación. También en la batalla cotidiana contra los bulos está nuestro compromiso democrático. Todo está en disputa y si no conseguimos los objetivos también nos situamos con más fuerza para organizar la resistencia.
Nuestra aspiración republicana de una sociedad igualitaria nos sitúa, a pesar de los sinsabores, en una actitud de lucha y no rendición. Nos tenemos que dar la enhorabuena por el trabajo y dedicación que empleamos cada día para construir una sociedad más justa. A las gentes de IU se nos reconoce desde muchos sectores sociales como gente irreductible, y así lo he vuelto a constatar en los numerosos encuentros que llevo realizando en actos por diferentes ciudades: esa dirección de carretera y manta que intentamos cumplir nos ha hecho recorrer 14 de las 17 CC.AA. en estos ochos meses. Estos encuentros demuestran la fortaleza política de la que nos dotamos y son signos de esperanza y fuerza para gestionar estos tiempos tan complicados. Lo conseguiremos.
No hemos dejado de tener actividades en este corto tiempo: con el objetivo de reforzar la organización, constituimos en julio una dirección que integra a todas las candidaturas presentadas en el debate asambleario, elaboramos planes de trabajo como guía de actuación de una dirección con ganas, y hemos de destacar la constitución de la comisión de cuidados tras la aprobación de un protocolo que nos situó en la prevención y a la altura de una organización feminista. Hemos celebrado un Foro de Alcaldías e iniciado el debate de política de alianzas con un documento base que definirá nuestra hoja de ruta en los próximos tiempos. Una campaña específica de vivienda alentará nuestra movilización por este derecho humano que se priva con especial saña a la población joven de clase trabajadora.
Somos una organización anticapitalista desde los fundamentos de nuestros inicios y no nos dejamos arrastrar por tacticismos de cortos vuelos. Sabemos leer el momento histórico que vivimos y sentimos cómo amplias capas de la sociedad se identifican con muchos de los mensajes que hemos lanzado estos meses de unidad para transformar así como de defensa de una alternativa de profundización democrática frente a la alternativa autoritaria que amenaza los derechos sociales conquistados y frena los que quedan por conquistar. A ello te emplazo, con preocupación por el presente pero toda la esperanza hacia el futuro.