
Nos ha llegado la noticia del fallecimiento de Antonio Troya Magallanes, sacerdote, a quien le gustaba denominarse como presbítero. Desde nuestra Asamblea no podemos por menos que mostrar nuestro pesar y, a la vez, nuestro reconocimiento. A lo largo de su casi siglo de vida desarrolló una larga trayectoria, uniendo a su vocación religiosa una faceta social orientada hacia las personas más desfavorecidas. Siempre desde una vertiente solidaria, reivindicativa y de justicia social. Lo hizo durante la dictadura y lo prosiguió en los años siguientes. Trabajó en varios municipios de la provincia de Cádiz y a Barbate llegó hace algo más de dos décadas, dejando una huella que desde IU no podemos olvidar. Comprometido con la realidad, tuvo la valentía de aceptar ponerse al frente de una plataforma ciudadana que instaba a la autoridades, fueran locales, estatales o europeas, a no olvidarse de un municipio al que acababan de dar una nueva puntilla al sector pesquero.
Que descanse en paz.
(Fotografía: Portal de Cádiz).