
Las declaraciones efectuadas por la presidenta local del PP, a raíz del rechazo por el pleno del Ayuntamiento de una moción de reprobación al ministro de Consumo, Alberto Garzón, rezuman a la vez falsedades e ignorancia. Los supuestos argumentos que dicho partido ha sacado a relucir sobre el tema de la ganadería no se corresponden con la verdad. Siguen repitiendo machaconamente lo que Alberto Garzón no dijo, pese a que se ha demostrado, por activa y por pasiva, que la campaña lanzada se ha basado en un bulo.
Otra cosa es que dicha campaña busque esconder los graves problemas en los que se encuentra su partido en Castilla y León y, más concretamente, el actual presidente de la Junta y candidato, Alfonso Fernández Mañueco. ¿O acaso que se hayan abierto diligencias judiciales sobre la financiación ilegal del PP en esa comunidad no es un problema? Nada nuevo en un partido que, como tal o a través de militantes y dirigentes, ha sido condenado reiteradamente por corrupción y/o financiación ilegal, sin contar los sumarios que por esos motivos tiene abiertos en la actualidad.
En el debate que se ha ocasionado desde un bulo malintencionado cada vez más se va conociendo la realidad de la ganadería industrial, en general, y de las macrogranjas, en particular. Los perjuicios que conlleva, basados en sólidos criterios científicos, afectan gravemente al medio ambiente y a la salud de las personas. Y eso es lo que denunció el ministro de Consumo, a la vez que defendió un modelo de ganadería principalmente extensivo y que esté desarrollado en explotaciones familiares.
Hasta miembros del PP han denunciado ´las macrogranjas, como hizo el que fuera presidente de la Junta de Castilla y León hasta 2019, Juan Vicente Herrera. Y encima, al actual presidente del PP, Pablo Casado, no se le ha ocurrido otra cosa que dejarse hacer un reportaje sobre la ganadería en una explotación extensiva. ¿Por qué no lo ha hecho en una macrogranja?, nos preguntamos.
En cuanto a los perjuicios ocasionados a la imagen de España, habría que preguntarse el daño que su partido y su presidente, Pablo Casado, están haciendo cuando en los viajes por Europa no dejan de denigrar cualquier actuación llevada a cabo por el actual Gobierno. Una actitud que raya lo ridículo, teniendo en cuenta las discordancias que hay entre lo que critican y el respaldo que las diversas instancias de la UE dan a buena parte de las medidas tomadas por el Gobierno en los distintos ámbitos de la vida.
Por otro lado, IU de Barbate considera que el hecho de que el grupo municipal de Andalucía x Sí haya tomado la decisión de no apoyar la moción no tiene por qué suponer connivencia entre dicho partido y el ministro Alberto Garzón. Ignoramos las razones que han tenido en cuenta para hacerlo, pero seguro que tienen que ver con lo falso del contenido de dicha moción. Otra cosa es la postura del grupo municipal del PSOE, que, no apoyando la moción, ha preferido la táctica del avestruz, no posicionándose con la derecha, pero tampoco apoyando a un ministro del Gobierno central, al que pertenece su partido. Flaco favor.
Por último, desde IU de Barbate reiteramos el apoyo a nuestro compañero Alberto Garzón y ministro de Consumo, víctima de un injusto trato, pero cuyas declaraciones han sido en todo momento coherentes con los principios que deben regirse en defensa del bien común y que desde el propio Gobierno se deben defender.
