
El pasado viernes, día 10, la Casa de la Cultura de Barbate acogió dos actos públicos relacionados con la Memoria Histórica y organizados por la Mancomunidad de Municipios de La Janda. El primero de ellos corrió a cargo de nuestro compañero Jesús María Montero Barrado, autor del libro Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra, y que previamente tuvo a Francisco Malia Sánchez como presentador. El segundo fue una representación contada y cantada sobre el Carnaval gaditano, centrada en los años de la Segunda República, que tuvo a Santiago Moreno y Francis Sevilla como intervinientes.

Tanto Jesús Montero como Paco Malia recordaron la figura de Antonio Caro Corrales, recientemente fallecido y sobrino de los dos hermanos Caro Marín asesinados por un pistolero falangista en julio de 1936. Gracias a él, que fue un valiente pionero en el mantenimiento de la memoria de sus tíos y su afán por el reconocimiento público, se han podido conocer algunos documentos relacionados con sus tíos, así como datos conservados en la memoria familiar.
Al acto también asistieron familiares de algunas de las víctimas de la represión y concretamente de Francisco Braza Basallote, asesinado en el verano de 1936 y desparecido; los hermanos Francisco y José Utrera Rivera, asesinados en los primeros meses de 1937 y también desaparecidos; y Diego Guerrero Pérez, combatiente republicano represaliado tras la guerra.

La presentación hecha por Paco Malia
Durante su intervención Paco Malia empezó diciendo: «La gente de mi generación vivimos una infancia en blanco y negro, como el NODO que precedía a las películas de la época. El resultado de la combinación de estos dos colores configuraba un gris de tristeza, miseria y miedo. Nuestros padres echaban sobre nosotros un manto de silencio que nos protegía de los sinsabores que ellos vivieron antes, durante y después de la guerra. Sólo así se explica que pudiéramos disfrutar de la luz, el color del cielo y el mar y el verde de los pinos de nuestro hermoso entorno natural, ajenos a la triste experiencia colectiva por la que ellos habían pasado».

Destacó que el libro marca un hito en la historiografía barbateña, en este caso con los años de la guerra y los de la postguerra como principal periodo de análisis, pero que, a la vez, se retrotrae a los años de la República y luego continúa en los que se sucedieron desde la Transición. En otro momento expresó que «el libro constituye, además de un extraordinario documento histórico, un importantísimo acto de justicia y reparación».
La intervención de Jesús Montero
Por su parte, el autor trató en profundidad los distintos aspectos de su trabajo. Empezó por el contexto del golpe militar de julio de 1936, planeado desde años antes en el entorno de los monárquicos fascistizados y un sector de militares, como Ángel Viñas ha podido demostrar documentalmente. Centrado después en lo ocurrido en Barbate, trazó unas pinceladas sobre la realidad socio-económica de Barbate, dominada por una burguesía en expansión y con una mayoría social de trabajadores y trabajadoras que en los años de la República dejó patente su deseo de mejorar sus condiciones de trabajo y de vida. Expuso después las diferentes formas de represión, resaltando el asesinato de 12 personas relacionadas con Barbate, pero sin olvidar las detenciones, multas e incautaciones, depuraciones entre funcionarios, destituciones de empleados del Ayuntamiento de Vejer, etc. No se olvidó de las numerosas huidas de barbateños que hubo hacia la zona republicana o algunos casos de personas que se vieron obligados a esconderse.

Expuso, así mismo, los rasgos del nuevo poder local que se instaló en Barbate, segregado de Vejer en marzo de 1938. Para ello puso de manifiesto un estado de cosas basado en la represión sobre quienes habían formado parte o sentido simpatías con lo que supuso la república, por un lado, y en la instalación del miedo, la vigilancia, el control social o la supervivencia, por otro. Resaltó, así mismo, que ese poder aprovechó, ya con los resortes institucionales propios, la trayectoria de crecimiento económico de décadas anteriores y que durante las dos primeras décadas del franquismo resultaron muy necesarios, por disponer en los recursos del mar de una fuente barata de obtención de alimentos. No se olvidó tampoco de la corrupción que estuvo presente en esos años, manifestando, entre otros hechos, la primicia de la destitución del alcalde de Agustín Varo por parte del gobernador de la provincia y con la aprobación del ministro de la Gobernación. Ocurrida en 1955, en el documento que lo recoge se refleja un escueto «por irregularidades administrativas».
La parte final de la intervención estuvo relacionada con lo ocurrido desde los años de la Transición, cuando fueron aflorando a la vida pública intentos por recuperar la militancia política perdida durante décadas, las peticiones de pensiones o indemnizaciones como víctimas de la represión y/o de la guerra, las dificultades por recuperar la memoria de las personas represaliadas, la tardanza en cambiar el nomenclátor del callejo o retirar los símbolos de la dictadura, etc.
El disertación acabó con la lectura de los versos finales del poema «1936», de Luis Cernuda, y que son los siguientes:
Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo. Gracias porque me dices
que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
uno, uno tan sólo basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana.
La segunda parte de la jornada: la actuación de Santiago Moreno y Francis Sevilla
A partir de las 8 de la tarde pudimos degustar un acto singular, muy interesante, simpático y también emotivo, teniendo el Carnaval gaditano como protagonista y, sobre todo, lo ocurrido durante los años de la República. Con el título «Coplas contra el fascismo. El Carnaval como metáfora de la libertad», los dos actuantes dejaron de manifiesto la labor de investigación que vienen desarrollando desde tiempo atrás, recopilando letras de coplas, músicas cuando es posible y todo tipo de información sobre sus autores y/o intérpretes. Y, a la vez, demostraron lo que el Carnaval significó esos años como «metáfora de la libertad».

La parte expositiva corrió a cargo de Santiago Moreno, que fue desentrañando distintos aspectos de la evolución habida en el Carnaval desde siglos anteriores, para desembocar en lo que no dejó de ser una explosión de libertad y creatividad entre 1931 y 1936, hasta el momento que el golpe fascista acabó con ello.
Por su parte, Francis Sevilla, un afamado carnavalero, dejó de manifiesto el arte de la interpretación, haciendo gala de una magnífica voz y el acompañamiento de su guitarra. Y hasta en una ocasión los dos actuantes interpretaron un pasodoble, en la que el pito carnavalero también estuvo presente.

No se olvidaron de recordar algunas de las cosas que saben del Carnaval barbateño de esa época, en la que no faltó el recuerdo de Francisco Utrera Rivera, líder sindical almadrabero asesinado en febrero de 1937, que fue el alma de una las agrupaciones de la localidad.

En cuanto a las letras de las coplas, algunas no dejan de ser verdaderas joyas, por su calidad satírico-literaria como por el trasfondo histórico que contienen, lo que permite comprender el contexto en que se hicieron y los acontecimientos que les dieron lugar. Una de ellas es la siguiente:

Enlaces para visualizar los dos actos
A través de la red electrónica pueden verse por distintas vías los contenidos de los actos, grabados por los servicios de la Casa de la Cultura.
Sobre la presentación del libro Fascismo y represión en Barbate durante la guerra y la postguerra:
Y sobre «Coplas contra el fascismo. El Carnaval como metáfora de la libertad»:
https://es-es.facebook.com/delegacion.culturabarbate/videos/1964568470383672/