Ayer, sábado, se celebró en Barbate un acto de solidaridad con las personas inmigrantes que siguen muriendo en las aguas del estrecho de Gibraltar. Estuvo organizado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, asistiendo algo más de un centenar de personas. Fue también un acto de rechazo a la actitud pasiva de las autoridades de la UE y de los distintos gobiernos de los países que la componen. De denuncia, ante la responsabilidad que tienen en un problema que se ha originado en los países ricos y se traslada a los pobres. De rabia, ante la insensibilidad que muestran a la hora de recibir a quienes arriesgan su vida en busca de una esperanza. Nuestras costas siguen siendo escenario de algunas de esas muertes, que se extienden también a otros lugares del Mediterráneo, desde el ester al oeste. Por eso es necesario que se oigan voces de solidaridad y de denuncia.